miércoles, 15 de abril de 2020

VIOLENCIA DOMÉSTICA EN CUARENTENA

VIOLENCIA DOMÉSTICA EN CUARENTENA

Por: Yoliani Rojas

VIOLENCIA DOMÉSTICA: Qué es, Tipos, Causas y Consecuencias

Si hace unos pocos días el titular de la ONU pedía un alto el fuego mundial de todos los conflictos con motivos de la pandemia, ahora ha hecho otro porque lamentablemente la violencia no siempre se limita a los campos de batalla, y la amenaza sobre mujeres y niñas se hace más severa en estos tiempos de confinamiento en el lugar donde precisamente deberían estar más seguras: en sus propios hogares.

Sabemos que los confinamientos y las cuarentenas son esenciales para reducir el COVID-19. Pero pueden hacer que las mujeres se vean atrapadas con parejas abusivas.

La combinación de las presiones económicas y sociales provocadas por la pandemia, así como las restricciones de movimiento, han aumentado drásticamente el número de mujeres y niñas que se enfrentan a abusos, en casi todos los países. Sin embargo, incluso antes de la propagación mundial del COVID-19, las estadísticas mostraban que un tercio de las mujeres de todo el mundo experimentaban alguna forma de violencia en su vida y Panamá no escapa de esta realidad.

Además de la violencia física, la cual no está presente en todas las relaciones abusivas, las herramientas comunes del abuso incluyen el aislamiento de los amigos, familiares y empleos; vigilancia constante; reglas estrictas y detalladas de comportamiento, y restricciones de acceso a necesidades básicas como alimentos, ropa e instalaciones sanitarias.

El aislamiento también ha quebrantado las redes de apoyo, dificultando aun más que las víctimas pidan ayuda o escapen. Panamá tiene a disposición centros de denuncias por violencia doméstica: 

INAMU: 182 ó 3233281
SENNIAF: 63787876 (apoyo psicológico)
SENNIAF: 63783466 (denuncias)

Dadas las medidas de confinamiento en los hogares, las mujeres que viven en situación de violencia doméstica, recurrir a la “tolerancia activa”. O sea, no caer conscientemente en las provocaciones del agresor y no “engancharse” en reaccionar a sus actos o violencia verbal, como una conducta de protección hacia ella y sus hijos.  Estar muy pendiente de todas sus manifestaciones que constituyan conductas de violencia, y valorar prudentemente el momento en que debe salir de su residencia. No hay que exponerse a que su agresor llegue al extremo de la violencia

Efectos en niños maltratados:

Los niños criados en hogares donde se les maltrata, generalmente muestran desórdenes postraumáticos y emocionales. Muchos experimentan sentimientos de escasa autoestima y sufren de depresión y ansiedad, por lo que suelen utilizar el alcohol u otras drogas para mitigar su estrés psicológico. Los efectos que produce el maltrato infantil no cesan al pasar la niñez, muchos de ellos muestran dificultades para establecer una sana interrelación al llegar a la adultez.
Algunos niños sienten temor de hablar de lo que les pasa porque piensan que nadie les creerá; muchas veces no se dan cuenta que el maltrato al que están expuestos no es normal, por lo cual aprenden, inconscientemente, a repetir ese "modelo".

No importa la edad, ocupación o situación económica, para ser víctima de la violencia intrafamiliar, ya sea por acciones, omisiones o amenazas, con la que se desea someter mediante el poder o la fuerza. Existen diferentes formas de abuso (físico, sexual y emocional) que limitan el deseo de trabajar, estudiar o realizar otras actividades. El maltrato como método para eliminar una conducta indeseada es un error y transmite violencia, de la cual, por razones de fuerza y diferencias de poder, las víctimas fundamentales son mujeres, niñas, niños, ancianos o ancianas, lo que implica actitudes discriminatorias, que reproducen injustas relaciones de desigualdad.