lunes, 5 de agosto de 2019

¿Qué hijos le dejamos a nuestro mundo?

La pregunta real es ésta. No es la típica “¿Qué mundo le dejamos a nuestros hijos?”. Por el mundo nuestras dos manos no dan como para cambiar casi nada importante, pero sí dan como para asegurarnos que a los hijos les damos la EDUCACIÓN, los valores y los principios con los que salgan al mundo y lo hagan un poco mejor.

El mundo que vendrá, la sociedad futura, los harán los niños de ahora. Si educamos y formamos a nuestros hijos con valores y moral adecuada, tendremos mayores posibilidades de que creen y formen una sociedad mejor, que vivan en un mundo mejor.
Si por el contrario, abandonamos su educación persistiendo en el error de que quien debe educar es la escuela y nosotros nos dedicamos a dar cobijo, abrigo, alimento y algo de cariño, si nos da tiempo nuestra ajetreada vida, entonces preparémonos. Habrá otro mundo distinto al que soñamos para ellos cuando nacieron.


A mí me gustaría que mis hijos  y los tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana, de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros, leales. Lo que por ahí se llama “buena gente“. Porque si son buena gente harán un mundo bueno.
Por tanto, menos preocuparse por los hijos y más por darles una buena formación:
– que sepan distinguir el bien del mal,
– que no digan que todo vale,
– que piensen en los demás,
– que sean generosos. . . .
En estos puntos suspensivos puedes poner todas las cosas buenas que se te ocurran. 
Me parece clave el aspecto de la responsabilidad máxima de los padres para educar a sus hijos. De ellos, nosotros, depende la solidez de los cimientos éticos, morales, culturales, de relación con sus congéneres, con la naturaleza, etc. Será la base sobre la que los niños irán construyendo su propia estructura mental, creando sus esquemas y formando su criterio. De ahí saldrán sus propias ideas y deseos, que pueden diferir de los de sus padres, quienes debemos guiarlos.
También es cierto, que colaboran en la educación otros como son el colegio, la familia y resto de la sociedad, ya sea directa o indirectamente. Y parece que no somos conscientes de ello en la mayoría de las ocasiones.
Con gestos tan simples y cotidianos como tirar un papel al suelo, cruzar a pie por zonas indebidas o con el semáforo en rojo, no respetar el paso de personas con dificultad de movimiento, no ser amables y educados con los demás, ser agresivos al volante… y un sinfín de situaciones que hacemos a los ojos de unos niños que están absorbiendo como esponjas todo lo que ven y oyen. Ese tipo de conductas se van grabando en su casi vacío disco duro y servirán como ejemplo de comportamiento futuro.
Depende de nosotros, de todos, que esos discos duros no se llenen de “malware“, es decir, que las guías de comportamiento, las estructuras morales, éticas, etc. sean las adecuadas. De esta forma, tendremos muchas posibilidades de que el mundo futuro, el mundo que vivirán nuestros hijos, será, al menos, un poquito mejor.

Licda. Yoliani Rojas

2 comentarios:

  1. Hoy en día los padres dejan la educación a la escuela, pero los valores inician en casa.luego nos quejamos porque Hace eso, porque dices eso. Buen tema gracias súper interesante

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