martes, 18 de junio de 2019

DEPRESIÓN INFANTIL

DEPRESIÓN INFANTIL

La depresión ya ha dejado de ser una enfermedad solo de adultos.Actualmente cada vez más hay niños diagnosticados con trastornos depresivos. ¿A qué signos y síntomas debemos estar alerta los padres para actuar precozmente?

La depresión infantil se define como un desorden caracterizado por una alteración en el estado de ánimo acompañado de un comportamiento notorio a nivel escolar, en el hogar y en entorno del niño.  Respecto de su prevalencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que un 3% de la población infantil sufre depresión.


Síntomas: Según la Clasificación Internacional De Enfermedades, el diagnóstico de depresión infantil incluye los siguientes criterios:

El comienzo de la depresión puede ser súbito o gradual y diagnosticar la enfermedad puede ser difícil debido a que puede estar presente al mismo tiempo que otros trastornos, como la ansiedad o el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
A pesar de que un niño puede presentar uno o más síntomas de depresión, generalmente se considera un trastorno depresivo si se observan 4 o más síntomas por un largo período de tiempo.
  • La duración del episodio depresivo debe ser, como mínimo, de dos semanas, y no relacionarse con el consumo de ninguna sustancia.
  • Humor depresivo: los niños y adolescentes pueden presentar un estado de ánimo deprimido o irritable.  Además, los más pequeños no son capaces de describir cómo se sienten, y suelen quejarse de molestias físicas imprecisas y mostrar una expresión facial triste o una escasa comunicación verbal.  También pueden tener un ánimo irritable, el cual manifiesta una conducta agresiva o acciones que demuestran agresividad.
Niña con depresión infantil
Ten presente que muchos de los síntomas descritos son características de otros tipos de problemas o trastornos. Si algunos de estos síntomas están presentes o tienes dudas, consulta al profesional.
  • Estado de ánimo irritable o depresivo
  • Pérdida de interés o placer
  • Aislamiento social
  • Agitación
  • Problemas de conducta/disciplina
  • Autoestima baja
  • Sentimientos de que no vale nada
  • Sentimientos de desesperación
  • Dificultad al concentrarse
  • Llanto frecuente
  • Quejas físicas
  • Subida o bajada de peso
  • Crecimiento y peso no apropiados
  • Cambio en apetito
  • Trastornos en el sueño
  • Cansancio
  • Conducta dirigida a lastimarse a sí mismo
  • Hablar acerca del suicidio o intentarlo.

Tratamiento de la depresión infantil

El tratamiento de la depresión infantil ante todo debe ser individualizado, adaptado a cada caso en particular y a la fase del desarrollo que se encuentra el niño, en base a: su funcionamiento cognitivo, su maduración social y su capacidad de mantener la atención.
Debe además involucrar de una manera activa a los padres, y realizar intervenciones hacia el entorno del niño (familiar, social y escolar). El tratamiento se divide en tratamiento de fase aguda y fase de mantenimiento. El tratamiento en Fase Aguda, incluye: Psicológico, Farmacológico y Combinado.

Las Terapias Psicológicas

  • Cognitivo-Conductual: se basa en la premisa de que el paciente deprimido tiene una visión distorsionada de sí mismo, del mundo y del futuro. Tales distorsiones contribuyen a su depresión y pueden identificarse y tratarse con esta técnica.
  • Conductual: se basa en la aplicación de técnicas de modificación conductual, manejo adecuado de situaciones, etc.
  • Psicodinámica.
  • Interpersonal
  • Familiar.
  • Grupal y de Apoyo.

El Tratamiento Farmacológico

Se basa en el uso de drogas como:
  • Antidepresivos Tricíclicos, para lo cual se requiere un EEG basal, y mediciones de tensión arterial, frecuencia cardíaca y peso.
  • Los Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina ISRS, son en la actualidad los más utilizados, por su eficacia, aparente bajo perfil de efectos colaterales, baja letalidad por sobredosis y fácil administración una vez al día.
  • El Tratamiento Combinado, que incluye fármacos y terapias psicológicas, ha demostrado ser lo más adecuado en la actualidad.
Así mismo, el Tratamiento en Fase de Mantenimiento va a depender del estado clínico del paciente, su funcionamiento intelectual, su sistema de apoyo, la presencia o no de estresores ambientales y su respuesta al tratamiento.
A modo de conclusión, en la actualidad la existencia de la depresión infantil es un hecho comúnmente aceptado por la comunidad científica especializada, por lo que ha cobrado gran importancia su estudio y tratamiento. Algunos han llegado a denominar a la depresión como la enfermedad del siglo XXI.
Este artículo es meramente informativo, en @psicoyoliani no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento por este medio. Te invitamos a acudir a un(a) psicólogo(a) para que trate tu caso en particular.  Deja tus comentarios o experiencias para compartir con otros que quizás pasen por circunstancias parecidas.

jueves, 13 de junio de 2019

TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA

Para poder avanzar hacia una cultura escolar más inclusiva, que responda a la diversidad de necesidades educativas de todos y todas sus estudiantes, incluidos los que presentan discapacidad, se precisa, además de potenciar condiciones que favorecen los procesos educativos en la escuela común, identificar las barreras que existen en el propio sistema educativo para el aprendizaje y participación de todos y todas.

¿Qué son los trastornos del espectro autista?

El autismo fue descrito en 1943 por el Dr. Leo kanner, quien aplicó este término a un grupo de niños/as ensimismados y con severos problemas de índole social, de comportamiento y de comunicación, sin embargo, recién en 1980 fue considerado por primera vez como entidad nosológica independiente, con el nombre de Autismo Infantil.  Posteriormente, en 1987, se lo deja de denominar autismo infantil para nombrarlo como hoy día se conoce: Trastorno Autista.  Con este cambio de nombre se trata de eliminar la idea de que el autismo es una alteración exclusiva de la infancia y se encuadra en un nuevo grupo de trastornos de inicio infantil: los Trastornos Generalizados del Desarrollo.

Este tipo de trastornos (Trastorno Autista, Trastorno de Asperger, Síndrome de Rett, Trastorno Desintegrativo y Trastorno del Desarrollo no Especificado) se inician antes de los 3 años y afectan varias áreas del desarrollo, especialmente las relativas a las habilidades para la interacción social, las habilidades comunicativas y lingüísticas y las habilidades para el juego y el desarrollo de actividades e intereses y se presenta con un amplio espectro de gravedad.

Los primeros síntomas suelen ser pocos claros y es frecuente que provoquen, en los padres y familiares, sentimientos de intranquilidad y temor más que una actitud eficaz de búsqueda de ayuda profesional.

Es importante distinguir el autismo del déficit intelectual.  Hoy día existe acuerdo en cuanto a considerar que el déficit intelectual es una característica que no tiene por qué formar parte del diagnostico de los trastornos generalizados del desarrollo, siendo importante que, cuando esté presente, se diagnostique por separado.

EL AUTISMO EN UN SENTIDO ESTRICTO ES SÓLO UN CONJUNTO DE SÍNTOMAS QUE SE DEFINE POR LA CONDUCTA. NO ES UNA ENFERMEDAD.  PUEDE ESTAR ASOCIADO A MUY DIVERSOS TRASTORNOS NEUROBIOLÓGICOS Y A NIVELES INTELECTUALES MUY VARIADOS.

¿Qué indicadores nos permiten detectar la presencia de trastornos del Espectro Autista?

La importancia de la detección e intervención temprana de los niños o niñas con alteraciones del desarrollo, que se enmarcan dentro de un cuadro de espectro autista, es fundamental para alentar un pronóstico positivo de su evolución.  Para que esto ocurra es fundamental que padres, educadores y profesionales del área de salud, como pediatras y enfermeras, estén interiorizados sobre las señales que indiquen alguna alteración del desarrollo normal del niño o niña y lo refieran, lo más pronto posible a profesionales especializados en el área.

Las señales a las que se debe prestar atención, tienen relación con dificultades del niño en la adquisición de conductas o habilidades relacionadas con la socialización, la comunicación y desarrollo del lenguaje, de la flexibilidad mental, además del desarrollo de la cognición y motricidad.

En el período de 18 a 36 meses


  1. No se interesa por otros niños.
  2. No hace uso del juego simulado.
  3. Presenta juego poco imaginativo, repetitivo o rituales de ordenar en fila, de interesarse sólo por un juguete concreto.
  4. No utiliza el dedo índice para señalar.
  5. No trae objetos con la intención de mostrarlos.
  6. Da sensación de no querer compartir actividades.
  7. Tiende a no mirar a los ojos y cuando mira, su mirada tiende a ser corta y de reojo.
  8. En ocasiones parece sordo, aunque otras puede parecer especialmente sensible a ciertos sonidos.
  9. Presenta movimientos raros, como balanceo, poner los dedos en posiciones extrañas.

de 3 a 5 años


  1. Baja respuesta a las llamadas de los padres o adultos o a otros reclamos, aunque hay evidencia de que no hay sordera.
  2. Dificultades para establecer o mantener relaciones en las que se exija atención o acción conjunta.
  3. Escasa atención a lo que hacen otras personas, en general.
  4. Retraso en la aparición de lenguaje que no es sustituido por otro modo alternativo de comunicación.
  5. Dificultades para entender mensajes a través del habla.
  6. Inquietud más o menos acusada que se traduce en correteos o deambulaciones sin sentido que dificultan centrar la atención.
  7. Dificultades para soportar cambios dentro de la vida cotidiana.
  8. Alteraciones sensoriales reflejadas en la escasa tolerancia a determinados sonidos, olores, sabores y afectan a hábitos de la vida como alimentación y el vestido.
a partir de los 5 años

comprobar si los síntomas anteriormente descritos están presentes o lo han estado.  Para aquellos casos del espectro autista más leves habría que comprobar a partir de esta edad lo siguiente:

  1. Dificultades para compartir intereses o juegos con otros niños.
  2. Tendencia a la soledad, en recreos o situaciones similares o a abandonar rápidamente los juegos de otros niños por falta de habilidad para comprensión de su papel dentro del juego.
  3. Juegos o actividades que, aún siendo propias de su edad, llaman la atención, por ser muy persistentes, incluso obsesivas.
Hoy en día existe unanimidad en la conveniencia de alcanzar un diagnóstico tan precoz como sea posible para permitir abordajes terapéuticos en las mejores condiciones.  El gran problema de la prolongación de la conducta autista, que impide relacionarse, es su gran poder patógeno, ya que infiltra y limita todas las experiencias que permiten las adquisiciones (comunicacionales, motrices, cognitivas y afectivas) propias del desarrollo.

puedes consultarnos a nuestra cuenta de instagram @psicoyoliani 

lunes, 3 de junio de 2019

ETAPAS DE APRENDIZAJE EN NIÑOS DE 0 A 6 AÑOS

ETAPAS DE APRENDIZAJE EN NIÑOS DE 0 A 6 AÑOS

El aprendizaje en el niño va a ir variando según los años (o incluso meses) que tenga, adquiriendo habilidades tanto motoras como psicológicas para enfrentarse a su entorno, comprenderlo y saber cómo poder interactuar con él. Conocer las etapas del proceso de aprendizaje en niños es algo esencial si queremos conocer y mejorar los conocimientos que el pequeño va a poder adquirir, pudiendo ofrecerle todo lo que necesita para su correcto desarrollo. A continuación, tendrás clasificadas dichas etapas para que las conozcas y puedas actuar al respecto.

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De los 0 a los 6 meses

En los primeros meses de vida del menor, los cambios se van a notar sobre todo en el campo motor, aunque también consigue varios logros a nivel mental como podremos ver. Principalmente los tres meses después de su nacimiento, su actividad está muy condicionada y será totalmente dependiente de lo que consiga de sus padres. A pesar de que podrá cuando llegue el segundo o tercer mes tocar o ver ciertas cosas con curiosidad, no será hasta que pasen los 3 primeros meses cuando el niño empezará a aprender y a desarrollar sus habilidades . Es de 3 a 6 meses cuando el niño comprende que una acción que él realice va a suponer una reacción de su entorno, usando esto para pedir cosas, como por ejemplo que lo cojan en brazo, una sonrisa de sus padres o de una persona cercana u cualquier otra acción. Empezará a poder ponerse sentado, siempre con algo de ayuda y apoyo, aunque poco a poco logrará situarse el solo. Cercanos a los 6 meses empezará a balbucear intentando más que formar palabras, disfrutar del sonido que emite su boca.

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De los 6 a los 12 meses

Esta etapa de aprendizaje es una de las que más se avanza, ya que el pequeño empezara a moverse con más independencia, como por ejemplo para gatear, intentando por el camino explorar todo lo que es nuevo para él. Cuando ya está cercano al año es posible que consiga ponerse en pie o dar algún que otro paso.
Su proceso de exploración le llevará a que cada objeto que pueda agarrar con la mano, se lo lleve a la boca, esto lo hace sobre todo porque es con esta parte de su cuerpo con la que tiene más control y conocerá por sabores o texturas los objetos, siendo importante que los padres conozcan esto para evitar que los niños se lleven a la boca o ingieran productos u objetos que puedan ser peligrosos para su salud.
Respecto al habla, el bebé ya será capaz de decir sus primeras palabras, como por ejemplo papá o mamá y más adelante ciertos objetos o necesidades. Es aquí cuando comprende que cada objeto tiene un nombre y una utilidad, señalando aquellos que quiere coger o que necesita.

De los 12 a los 24 meses

Es cuando ha cumplido un año hasta los dos años cuando el niño va a empezar a andar libremente y con total soltura. Esto supone un gran logro para él, que le ayudará a explorar nuevos lugares, empezando a darse cuenta que es capaz de muchas más cosas de las que en primer lugar pensaba. Uno de los puntos negativos de esta etapa son los celos hacia otras personas o niños, debiéndose principalmente a un gran apego hacia sus padres y hacia todo lo que hacen ellos, pero también las rabietas por no conseguir aquello que quiere, siendo ideal que se vaya aprendiendo desde esta etapa a controlarlas para evitar malos comportamientos en el futuro.
En esta etapa del proceso de aprendizaje el niño va a comprender que existen normas y que se deben de cumplir, aunque intentará conocer donde se encuentran los límites de dichas normas.

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De los 2 a los 4 años

Esta etapa es una de las más sociales para el menor, ya que comenzará a relacionarse con otros niños, tanto en la escuela infantil como en el colegio, descubriendo que puede hablar con ellos y expresar sus sentimientos o aficiones. Este placer por el habla le hace que a veces no se les entiendan, ya que intentan verbalizar todo lo que van pensando aceleradamente, teniendo que tener en cuenta este punto para que todo lo que diga se le pueda escuchar.
Es una etapa muy importante ya que su desarrollo cognitivo estará muy sensible y todo lo que pueda captar de su entorno lo va a absorber como si una esponja se tratase, por lo que es interesante mostrarle todo tipo de estímulos para que vaya aprendiendo a placer y se vaya formando su personalidad acorde con los conocimientos que va adquiriendo. Aprenderá que existen los libros en los que disfrutará de sus historias, la pintura y otras ramas artísticas, poniéndolas a prueba.

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De los 4 a los 6 años

En esta etapa va a comenzar a desarrollar plenamente su personalidad, además de potenciar el aprendizaje de todas sus habilidades psicomotrices como del lenguaje, pudiendo desde bailar, correr con soltura, saltar, y mucho más. Es capaz de perfeccionar todo lo que hace, siendo una etapa perfecta para enseñarle a leer y escribir , pues captarán muy bien cualquier conocimiento que esté a su altura, gustándole los retos siempre que estén representados como un juego. Comenzará a hacer sus primeros amigos y adorará los juegos colectivos comprendiendo que existen unas normas que no debe de saltarse para poder disfrutar plenamente de lo que están haciendo.

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