viernes, 3 de mayo de 2019

BULLYING

BULLYING


El acoso escolar es una realidad que sufren niños, niñas, adolescentes y jóvenes en todo el mundo.  Afecta su bienestar, su desempeño académico y el ejercicio de sus derechos y responsabilidades.

La violencia escolar se desarrolla en todos los escenarios de la escuela, pero es importante señalar que donde más se observa el bullying es dentro del salón de clases.

Sin embargo, atender las situaciones de acoso escolar en el ambiente educativo exige un esfuerzo coordinado y articulado de asignación de tiempo, recursos, tareas y responsabilidades de todas las personas de la comunidad educativa e instituciones responsables de la atención de la población infanto juvenil.  

Podemos decir que el acoso escolar o bullying es cualquier forma de maltrato que se da entre estudiantes de forma recurrente, a lo largo de un tiempo considerable y que les causa algún tipo de dolor a las víctimas.

El acoso escolar deteriora la convivencia y tiene consecuencias negativas en el bienestar, desarrollo y ejercicio de los derechos de todos y todas las niñas, niños y jóvenes.  Por esta razón, el acoso escolar nunca debe ser aceptado, minimizado ni ignorado.

¿Cuándo podemos decir que es bullying?

  1. El acoso ocurre de manera recurrente y por período considerable de tiempo. No es un episodio aislado ni dura un solo día.
  2. El o la víctima se siente afectado (a) negativamente, pero no logra defenderse de quienes acosan.
  3. Sucede en relación de pares o iguales, por ejemplo, entre estudiantes

¿Qué tipos de bullying existen?

  1. Acoso Verbal: agredir a través de sobrenombres, insultos, chismes o amenazas.
  2. Acoso Psicológico o emocional: agredir a través de burlas o humillaciones por lo que la persona acosada es o tiene.  Por ejemplo: la apariencia física, personalidad, orientación sexual, estatus económico, nacionalidad, enfermedad, discapacidad, religión.
  3. Acoso Físico: golpes, zancadillas, pellizcos, empujones, tirones de cabello, encerrar u obligar a entrar en algún sitio.  Dañar, destruir, esconder o tomar sin permiso las pertenencias ajenas.
  4. Acoso No Verbal: agredir a través de la exclusión, hacer gestos faciales o físicos ofensivos, miradas amenazantes o despectivas.
  5. Acoso Sexual: involucra comentarios, insinuaciones y amenazas con contenido sexual o exhibición explícita sexual entre pares.
  6. Acoso Cibernético: usar la tecnología para agredir con sobrenombres, insultos, chismes, amenazas, burlas o humillaciones; publicar o reenviar fotos o vídeos sin autorización, o "gustar" o compartir estas publicaciones, por ejemplo.
¿Cómo se que mi hijo es víctima de bullying?

Se pueden identificar algunas conductas para saber si tu hijo (a) es víctima de bullying:
  1. Dificultad de concentración en el salón de clases.
  2. Bajan la asistencia a clases o las notas.
  3. Se preocupan por el tiempo de recreo o tratan de evitarlo.
  4. se aíslan o evitan las actividades grupales.
  5. Repentinos cambios de conducta o de humor.
  6. Timidez, temor.
  7. Se autolastiman físicamente.
El papel del docente, director o directora, o de cualquier adulto que tenga a su cargo un grupo de niños, niñas o adolescentes, es decisivo a la hora de enfrentarse a una situación de acoso escolar.

Como docentes, deben conversar con sus alumnos sobre el acoso escolar, utilizando cuentos, cantos, películas u otros.  Por otra parte deben ser modelos de comportamiento mostrando siempre respeto hacía los estudiantes y colegas y no mostrando favoritismo. 

Tratar de identificar las señales de acoso antes que se conviertan en un conflicto mayor, siempre se debe escuchar a los alumnos cuando le hable de alguna situación de violencia, sin restarle importancia, se debe reaccionar y actuar.

Es importante saber que independientemente de cual sea su cargo dentro de la escuela, usted debe diferenciar si se trata de un caso de acoso escolar, o si es otro tipo de violencia.  Para cumplir este fin, usted debe acompañarse de otro adulto de confianza que le ayude y así poder brindarle la atención adecuada a ese niño, niña o adolescente, siempre teniendo en cuenta las personas que deben abarcar esta situación, sea docentes consejeros, directores o gabinetes Psicopedagógicos. 


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